Don Juan Bolondorón
Una vez había un pobre zapatero llamado Juan Bolondrón.Un día estaba sentado
en un banco tomando una taza de leche. Había varias moscas en el banco cerca de
algunas gotas de leche. Don Juan mató siete de ellas de un golpe. Entonces
gritó:
-Yo soy muy valiente, y desde hoy me llamo Don Juan Bolondrón Matasiete.
Había cerca de la ciudad un bosque. Dentro del bosque había un jabalí que
hacía mucho mal a los habitantes. Ya se había comido a muchos de ellos. El rey
había enviado mucha gente para matarlo. Algunos de estos hombres se habían
fugado por miedo; el jabalí se había comido a los otros. Dijeron al rey que
había en la ciudad un hombre muy valiente que se llamaba Don Juan Bolondrón
Matasiete.
-¡Oh! -dijo el rey -Debo conocer a este hombre. Díganle que venga al palacio
al instante.
Le llevaron al palacio y cuando le vio el rey, le dijo:
-Hombre, dicen que eres muy valiente. ¿Es verdad que matas siete de un
golpe?
-Sí, Vuestra Majestad -le contestó.
-Pues bien -le dijo el rey -Tengo una hija muy bonita y te la doy por esposa si
matas el jabalí que hace tanto mal a los habitantes de la
ciudad.¿Tienesbastante valor?
-Sí, Vuestra Majestad -respondió el zapatero.
-Está bien; pero si no lo matas, perderás la cabeza.
Al día siguiente Don Juan Bolondrón se preparó bien y salió a buscar el
jabalí. Estaba tiritando de miedo. Era bastante valiente para matar moscas pero
no para matar jabalíes. Este día el jabalí era más feroz que nunca, porque
en tres días no había comido nada. Juan empezó a pensar en el mejor modo de
matar el animal. Creía que era muy probable que el animal le matara a él.
Nunca había tenido en las manos más armas que las de su zapatería. Cuando
llegó al bosque, salió el jabalí, furioso de rabia y de hambre. Cuando Don
Juan lo vio, empezó a correr en la dirección del palacio, y tras él, el
jabalí. Don Juan llegó al palacio y se metió detrás de la puerta de la
calle. El jabalí entró en el patio, donde fue matado por los soldados del rey.
En este momento Don Juan corrió al patio con la espada en mano. Reprendió a
los soldados por haber matado el animal. Después fue derecha al rey que había
salido para saber la causa del ruido.
-¿Qué es esto, Don Juan? -preguntó el rey.
-Vuestra Majestad, -respondió Don Juan, -no he querido matar el jabalí; he
querido traerlo vivo al palacio; pero esos soldados lo han matado
cobardemente.
-Eres muy valiente, Don Juan, y mereces por esposa la princesa mi hija.
Le dieron un cuarto en el palacio y después de algunos días se celebraron las
bodas. La princesa no sabía que se casaba con un pobre zapatero. Pensaba Don
Juan muchas veces en las miserias de su vida pasada, y hacía comparación con
su dicha presente. En consecuencia de esto, una noche soñó con su zapatería y
habló de sus hormas y de su lesna.
La princesa oyó estas palabras y estaba muy triste. Creía que tal vez se
había casado con un zapatero. Al día siguiente fue a su padre y le dijo:
-Señor padre, tal vez me he casado con un zapatero porque anoche en sueños ha
hablado de sus hormas y de su lesna.
El rey llamó a su presencia a Don Juan Bolondrón Matasiete y le preguntó:
-¿Hombre, eres zapatero y te has atrevido a casarte con mi hija?
-Señor, -dijo Don Juan, -la señora princesa no comprendió bien lo que yo
decía. Yo soñaba que estaba luchando con el jabalí y decía a mi esposa que
el animal tenía la cara de horma y los colmillos de lesna, y esto es todo.
El rey estaba satisfecho y su hija también y los dos esposos vivieron felices
muchos años.